De hecho, la ambición secreta del diseño es volverse invisible, incorporarse a la cultura, camuflarse en la esencia. El mayor éxito en el diseño es lograr la ubicuidad y volverse banal.
La mayoría de las veces, vivimos nuestras vidas dentro de estos sistemas invisibles, felizmente inconscientes de la vida artificial y las infraestructuras diseñadas que los respaldan. ¿Pero qué pasa cuando el diseño de las cosas falla?
Hace ya casi un mes atrás, Chile mostraba una imagen sólida. Chile era el anfitrión mundial y el mundo veía a un orgulloso protagonista de los cambios más importantes de la humanidad, tanto en medioambiente como en economía mundial. Se hablaba del avant garde en big data, optimización de procesos y tendencias en energías limpias. Todos pensábamos en un mundo mejor, mientras estirábamos la alfombra roja.
Sin embargo y tal cual reactor 4 en Chernóbil, el diseño del sistema explotó. Los temas y noticias ya no eran los de días antes, Chile está en crisis y la imagen del país cambió a vistas de todos. Chile! Que iba a ser sede de la APEC y COP25, demostró en 10 días lo “que sucede cuando el diseño de las cosas falla”. Un sistema que explota porqué dejó de ser invisible.
Ahora bien, ¿Qué puede hacer el diseño con la crisis de Chile?
¿Qué tiene que ver la creatividad con las crisis? En el mundo corporativo, la creencia en los negocios está disminuyendo. Estamos viviendo en una era de “reacción contra la autoridad”.
Entonces, ¿Cómo pueden enfrentar las empresas este problema? La creencia se gana a través de la autenticidad, la transparencia y la credibilidad. Y esto no solo significa acciones, sino también comunicaciones.
Suponiendo la teoría que tres de cada cinco personas dejaría de hacer negocios con una empresa en la que no creen; entonces, la creatividad juega un papel muy importante en el convencimiento y creencia en los negocios. Cuando se vive una crisis, es muy común que el branding y mensajes de las empresas sea más bien tímido y probablemente al mismo nivel de homogeneidad que sus competidores, y esto a la vista de sus respectivos clientes. Esto es un error. Tener un auto espectacular es una cosa, pero estacionarlo en la homogeneización crea un ambiente de complacencia y descuido.
El mejor diseño de branding nunca nace de una cultura tímida.
Está comprobado que existe una fuerte conexión entre la creatividad y los resultados comerciales deseados. Un buen diseño de branding contribuye a aumentar los ingresos y una mayor participación en el mercado. La creatividad es esencial en los negocios porque es un diferenciador, y cuando se refleja en la marca de una empresa, puede convertirse en su mejor ventaja competitiva.
Llevar la creatividad a temas complejos y de contingencia ayuda a una empresa a pasar de la timidez a la confianza. El poder de las palabras y el diseño pueden ayudar a las empresas a comunicarse de tal manera que cambien las perspectivas y afiance la confianza, especialmente en el mundo digital donde predominan las comunicaciones globales pero muy poco las locales.
Ya no es suficiente que cuando una empresa enfrenta una crisis diga: "la industria enfrenta desafíos" o "estamos lidiando en un entorno difícil". Necesita explicar, tranquilizar y conectarse con las personas de una manera genuina y creíble. Y eso no sucederá si siguen comunicándose como todos los demás. Todo lo contrario, corre el riesgo de perder a quienes reconocen que creer significa moverse por lo que representa su negocio, hacia dónde quiere ir y cómo llegar allí.
Un poco de diferenciación.
Cada vez es más difícil diferenciarse de los otros y las empresas tienen que estar conscientes que su imagen se muestra todos los días y de distintas maneras.
La solución es simple, o tomar el control de los mensajes o dejar que otros llenen el vacío.
El diseño y la creatividad es la clave. Es lo que alimenta las grandes ideas, desafía la forma de pensar de las personas, crea nuevas oportunidades y, en última instancia, lo ayuda a construir creencias.
Ignacio Demianenko